Biodinámica-INTA
Calendario
Calendario de Siembras 2020
Desde la AABDA –Asociación para la Agricultura Biológico Dinámica
en Argentina- tenemos esta doble satisfacción: primero, la de presentar este Calendario de Siembras 2020, como venimos haciéndolo desde hace muchos años, y segundo, de hacerlo esta vez con los
editores de la Agenda para el Huertero, con un nuevo formato estilo
agenda.
Antes de todo, queremos dejar claramente dicho que AABDA, como
Asociación pública, abierta y libre, siempre ha trabajado centralmente en pro del rescate de la Agricultura y teniendo en el centro de su
actividad al Agricultor, su verdadero protagonista.
De ambos y a la vez, por considerarlos ejes culturales imprescindibles
de cara a un futuro de grandes desafíos. Así vislumbramos la tarea
que se impondrá rápidamente a todo aquel que se considere AGRICULTOR y que sienta que la AGRICULTURA está en emergencia. Es el
Agricultor de vocación el actor imprescindible.
La posteriormente llamada “agricultura biológico-dinámica” nace
como propuesta en el año 1924 por inspiración del investigador espiritual Rudolf Steiner, que vivió entre 1861 y 1925. Y adviene años antes
que cualquier propuesta derivada en ecologista, y seis años antes de
la revolución verde de Howard. Sus fundamentos anclan profundamente en la concepción espiritual del ser humano, de los reinos y de
la tierra, propuesta desde la llamada ciencia espiritual o Antroposofía.
Y apostamos, como siempre nos invita esa antroposofía de Rudolf
Steiner, a “iniciar caminos” juntos con otros, con los naturalmente
cercanos a nuestras ideas y hasta con los no tan cercanos, a iniciar
impulsos nuevos, a establecer alianzas que hoy nos parecen inviables, a descubrir las formas que por dormidera generalizada se nos
están escapando.
Por ello, este calendario de siembras 2020 que tienes en tus manos,
conozcas ya los principios de la Biodinámica o estés a punto de establecer tu primer contacto con ella, pretende ser mucho más que una
guía importante para el trabajo cotidiano de quien produce alimentos. Pretende ser un despertador que nos lleve a todos a establecer
nuevas relaciones en un ámbito que para toda la humanidad está en
carne viva, como es la Agricultura.
Asociación para la Agricultura Biológico Dinámica en Argentina.
Introducción al Calendario Biodinámico para la planificación del Agricultor
Las grandes civilizaciones antiguas (Americanas, Mesopotámicas,
Persas, Asirias, Hindúes, Chinas, etc.) fueron quienes desarrollaron
la mayoría de las plantas comestibles que en la actualidad se cultivan con sus infinitas variedades: cereales, oleaginosas, hortalizas,
frutales, etc. En estas civilizaciones el desarrollo de su elevada Agricultura fue acompañado con un extraordinario conocimiento de la
Astronomía. Desplegando una envidiable comprensión de las fuerzas
vivas obrantes en la naturaleza toda. De esta forma lograron relacionar como los acontecimientos Celestes a lo largo del año podían
influenciar en las Tierras de cultivo. De allí surgieron los calendarios
Agrícolas–Astronómicos que determinaban las diferentes tareas culturales, que los agricultores debían realizar según los ritmos del Sol,
la Luna, los Planetas y sus posiciones frente a las constelaciones de
las estrellas Zodiacales.
Con el avance de las ciencias en el ámbito agrícola y la irrupción de
una mirada puramente materialista-mecanicista, trasladada desde el
ámbito Industrial, fue transformándose la Agricultura “antigua” Viva,
hacia una Agricultura “moderna” Muerta. Por ello fueron dejándose
de lado estas relaciones por considerárselas meras supersticiones,
sin siquiera investigar si realmente existían o no dichas influencias.
Maria Thun inició en Alemania alrededor de 1950 las primeras investigaciones de la era “moderna” con trabajos a campo, laboratorio y
apoyándose sobre las bases de la Antroposofía. Actualmente ya son
más de 60 años de ensayos correlacionando ritmos y movimientos de
los cuerpos celestes y su acción sobre las plantas cultivadas. Desde
hace 58 años anualmente se elabora y edita en Alemania el Calendario Biodinámico (Aussaattage: “Días de siembra”).
Hoy día se editan además calendarios en E.E.U.U., U.K., Italia, Suiza,
Francia, Holanda, España, Australia, Nueva Zelanda, Argentina, Brasil y muchos países más, con adaptaciones a los dos hemisferios y
diferentes regiones del mundo.
El Calendario Biodinámico es una herramienta para organizar y potenciar las tareas agrícolas que habitualmente realizamos. Debemos
utilizarlo como una ayuda extra y no como un condicionante que nos
impida realizarlas. Teniendo siempre presente que el correcto manejo
agrícola en cada una de las tareas que emprendamos es tan o más
importante que la elección del día para realizarla.
Los ritmos de la Naturaleza a lo largo del año, del mes
y el día
La manera que percibimos el crecimiento del mundo vegetal la mayoría de las veces nos hace mirar al mismo de una forma errónea.
Haciéndonos las preguntas. ¿Cómo y por qué crece una planta? ¿De
dónde toma la mayoría de las sustancias y fuerzas para dicho crecimiento? Tenemos generalmente la percepción que ella crece desde
el suelo gracias a las sustancias y líquidos que son capaces de tomar
sus raíces. De allí que nuestro trabajo y esfuerzo lo concentramos en
el ámbito del suelo de cultivo. ¡Y esto de ningún modo es la verdadera
realidad!
La mayor alimentación que recibe la planta no proviene de la corriente ascendente de agua y nutrientes, si no de la corriente descendente
de fijación de Luz, Calor y Carbono gracias al proceso de Fotosíntesis.
Esto se evidencia cuando un vegetal es pasado por el proceso de
combustión, donde vuelve a liberar las fuerzas y sustancias que ha
incorporado de estas dos corrientes. Imaginemos la combustión de
un tronco o un árbol de diez metros de altura con su ramaje. Uno se
asombra al descubrir que de todo ese volumen inicial solo nos queda
una pequeñísima cantidad de residuo (la ceniza). Pero más asombro
nos debería generar el percibir toda esa luz y calor liberados durante
el proceso, ya que ni mas ni menos son, la Luz y el Calor del sol que
la planta captó, uniéndolos a la materia. ¡Y allí está la respuesta a las
dos preguntas!
Ellos dos, son el “alimento” más importante que la planta utiliza para
poder desarrollarse como tal. Y lo toma de lo que está por encima de
la tierra. ¡Le llega desde el cosmos!
Esta sencilla pero real imagen del crecimiento de las plantas nos pone
de manifiesto cuan inmensamente importante es la relación del reino
vegetal con lo proveniente del Cosmos.
Observando lo que acontece a lo largo del año con toda la naturaleza
y en especial con los vegetales, vemos aún más esta dependencia de
las fuerzas Cósmicas.
Tomando como punto de partida el inicio de la primavera en nuestras latitudes. ¡Un nuevo mundo surge ante nuestros ojos! Con el
incremento de la temperatura y los días que se alargan. Árboles, arbustos y hierbas comienzan a llenarse de brotes nuevos, el paisaje
a transformase de una mono tonalidad ocre-grisáceo a una amplia
gama de verdes, formas y colores florales. Vemos aparecer gran cantidad de insectos que en su mayoría pasaron el invierno dentro de la
tierra, entre la hojarasca, bajo la corteza o en los huecos de los árboles
(en diferentes estadios). Los pájaros, comienzan a percibirse más intensamente con sus cantos y cambios de plumaje, muchos animales
salen de la tierra donde han pasado el invierno. ¡La naturaleza toda
es impulsada por sobre la tierra!
Este nuevo resurgir y en particular el del mundo vegetal continuará
hasta el verano. Entonces, todo crecimiento comenzará a detenerse,
iniciándose así una nueva etapa. La aparición de los frutos y su maduración marcan un cambio significativo en la totalidad del paisaje.
Pasa así el verano. Los días acortándose y las temperaturas en descenso del mes de febrero marcan el camino.
Al final del verano vemos un nuevo cambio. La intensidad del verde
de las hojas da paso a un empalidecerse, el color amarillo comienza
a ganar presencia en el paisaje, muchos frutos maduran y otros van
camino a ello, se desprenden de las ramas y tallos, para encontrar su
lugar en la tierra.
Cuando el color cobrizo y ocre de las hojas domina el paisaje, el otoño
ha llegado. Entonces se intensifica la fuerza de la tierra, que atraerá
nuevamente la vida hacia su interior. El alimento que las partes aéreas elaboraron durante la primavera y el verano ahora recorre el camino hacia troncos, tallos subterráneos y raíces. Toda la vida vegetal
manifiesta comienza a retirarse. La naturaleza se contrae buscando
cobijo, nuevamente bajo la tierra.
Los días cada vez más cortos y la llegada de las primeras heladas son
el preludio del invierno que se avecina. Durante ésta “noche invernal”, de la misma manera que nuestro sueño nos permite retomar
Luz
Calor
C
H
O
N
P
K
Fe
Zn
B
el día siguiente con ánimos y fuerzas renovadas; la naturaleza y el
mundo vegetal en particular, buscan recuperar sus fuerzas.
Para en el
“amanecer primaveral”, volver a expandir nuevamente toda su belleza y fuerza. Nuestros pensamientos y vivencias nos llevan a creer que
esta descripción de la trasformación del paisaje a lo largo del año se
da por el paso de las estaciones. Pero no nos detenemos a preguntarnos. ¿Qué es lo que ocurre en realidad?
El Ritmo anual del sol
Desde nuestro punto de observación terrestre los movimientos que
realizan los cuerpos celestes en el cielo se corresponden con los de
una visión geocéntrica. De allí que nos referimos como: el Sol salió,
subió…, la Luna se corrió…, Marte se movió a la derecha de…, etc.
Los movimientos de rotación, traslación, etc. de estos cuerpos en
un esquema heliocéntrico solo nos sirven para entender, a través del
pensar, lo observado de esta realidad.
De allí que la “verdadera vivencia” del ser humano, los animales, y
las plantas en particular es que: ¡Todo se mueve y gira en torno a la
tierra!
Teniendo presente este punto de vista y mirando el cielo hacia el norte, veamos qué sucede a lo largo del año con la naturaleza, recorriendo el mismo camino que el descripto anteriormente.
Aunque el 21 de Septiembre en nuestras latitudes se festeja el día
de la primavera, el inicio real de la misma, es el día del equinoccio de
primavera, 22 o 23 de Septiembre según el año. Momento particular
en el año en nuestras latitudes, ya que la duración del día y la noche
es igual, existen 12hs de luz y 12hs de oscuridad. A su vez es uno de
los dos momentos en el año donde el sol sale exactamente del punto
cardinal Este, recorre todo el cielo y se pone exactamente en el punto
cardinal Oeste.
A partir de este día el sol saldrá cada mañana más al sudeste, poniéndose más al sudoeste. Este correrse del sol en su salida y puesta
diaria, lo obliga a realizar arcos cada vez más largos en su recorrido
por el cielo, mirando hacia el norte al mediodía veremos como el sol
con el paso de los días llega a su posición cenital un poco más arriba.
El elevarse diariamente del sol durará hasta el solsticio de verano, 21
o 22 de Diciembre según el año. En este día el sol saldrá por su posición más sudeste y se pondrá en la posición más sudoeste.
El arco
que describirá en su recorrido por el cielo será el más largo, con su
máxima altura cenital anual, por esta razón será el día más largo y la
noche más corta del año.
De aquí en mas el sol comenzará su camino de regreso, cada día saldrá y se pondrá un poco más al norte. Al observarlo al mediodía lo
veremos cada vez más bajo en el horizonte. El día comenzara a acortarse y la noche alargarse. El sol continuará así su peregrinar diario
hasta el equinoccio de otoño, 20 o 21 de Marzo que volverá a salir
exactamente por el punto cardinal Este, poniéndose exactamente
por el punto cardinal Oeste, igual que lo ocurrido en el equinoccio de
primavera, el día y la noche tendrán nuevamente la misma duración
(12hs y 12hs). La luz y la oscuridad estarán otra vez en equilibrio, aunque de una forma diferente a la de hace 6 meses atrás ya que será la
oscuridad (la noche) la que comenzará a tener mayor preponderancia.
¡La noche invernal se avecina!
Continuando su peregrinar el sol saldrá y se pondrá cada vez más al
norte, los días seguirán acortándose y las noches alargándose. Al mediodía veremos al sol cada vez más cercano al horizonte, hasta que
llegado el 20 o 21 de junio (según el año), día del Solsticio de Invierno,
el sol saldrá en su posición más Noreste y se pondrá en su posición
más Noroeste. Realizando el arco más pequeño en su recorrido diario
por el cielo y al mediodía lo encontraremos en su posición anual más
baja. La diferencia entre esta posición en el solsticio de invierno (posición más baja) y la del solsticio de verano (posición más alta) es de
aproximadamente unos 47°.
La noche del solsticio de invierno será la más larga del año y el día,
el más corto. Al día siguiente el sol retomará su camino hacia el sur
saliendo y poniéndose día tras día un poco más al Sudeste-Sudoeste.
Realizando arcos cada vez más largos y altos, y subiendo su posición
cenital al mediodía, llegando nuevamente a la del equinoccio de primavera.
Aguzando nuestros sentidos descubriremos entonces, que la naturaleza que en el relato primero era guiada por los cambios de las
estaciones, en realidad es guiada también por este movimiento de
ascenso y descenso del sol a lo largo del año y es él, quien marca el
compás a las estaciones.
Cuando el sol comienza su ascenso primaveral toda la naturaleza lo
sigue y en el otoño con la situación contraria del sol descendente,
todo el conjunto de la naturaleza y en particular el mundo vegetal
realiza su descenso (caída de hojas, frutos, descenso de savia, muerte
de las partes aéreas, etc.).
Otra vez vemos como las influencias provenientes del Cosmos (Sol
Ascendente o Descendente) son determinantes para el crecimiento y
desarrollo de las plantas a lo largo del año. Y como marcan el ritmo de
una verdadera “respiración anual” a la naturaleza toda.
Vivenciando y comprendiendo este ritmo anual de ascenso y descenso del sol (Año Trópico), entendemos mejor el significado, y porqué realizamos determinadas tareas culturales en algunas épocas
definidas del año:
• Para abonar un suelo con compost la época más apropiada será
a mediados del otoño, momento en que la naturaleza repliega su
vida bajo la tierra y se vuelve allí más intensa, propiciando así una
correcta digestión del abono.
• La poda de los árboles, arbustos o frutales se realizará durante la
tarde-noche otoño-invernal de las plantas, cuando su fuerza y sustancias se han retirado al ámbito del tronco y raíces. ¡Los meses sin
“R” decían nuestros Abuelos!
• El momento más adecuado para realizar injertos es pasado el solsticio de invierno cuando el sol ha comenzado a ascender, movilizando la savia de los árboles y arbustos hacia tallos y ramas. El injerto
se verá así alimentado correctamente y tendrá mayores posibilidades de prender.
La luna copia el ritmo anual del sol!!!
El ritmo Tropical Lunar
Continuando el estudio de los movimientos celestes podemos descubrir que la luna imita a este movimiento de ascenso y descenso
anual realizado por el sol. Solo que ella lo hace en casi un mes (27,32
días), pero con la misma intensidad y magnitud que él, o sea que llega
a ocupar la misma posición que sol en el Solsticio de verano y la del
Solsticio de invierno mes a mes para una misma posición geográfica.
Este ritmo lunar no es fácilmente perceptible por nosotros ya que
21/12
20/3
y 22/9
20/6
Imágenes de la página www.planetario.gob.ar
existen momentos a lo largo de este ciclo que la luna se halla oculta
a nuestra vista. Se denomina ritmo trópico lunar o mensual y no hay
que confundirlo con el ritmo que genera las diferentes fases de la
Luna. Son dos ritmos que transcurren en simultáneo, pero no están
sincronizados, la luna tarda de luna nueva a luna nueva (ritmo sinódico) 29,5 días, o sea que entre ambos ritmos hay una diferencia de
aprox. dos días.
Observando algunas noches seguidas por donde sale la luna, veremos
que hay un momento en el mes que la luna saldrá bien al noreste
y recorrerá el mismo arco que el sol recorre durante el solsticio de
invierno y 14 días después aproximadamente, saldrá bien al sudeste
recorriendo el arco que el sol durante solsticio de verano. Este ascender y descender de la luna es una réplica exacta del ritmo anual del
sol que anteriormente describimos. O sea que la luna sube desde su
posición más baja hasta la más alta unos 47° en tan solo 14 días.
Durante este ritmo la luna adquiere cualidades similares a las “estaciones solares”, por ello podemos hacer referencia a un “otoño-invierno y primavera-verano lunares”. Y así como el sol influencia a la
naturaleza toda haciendo que se expanda a partir de la época primaveral y se contraiga en la época otoñal, conduciendo los movimientos
de savias y fuerzas en los vegetales a lo largo del año. La luna en
su ascenso-descenso mensual, conduce el movimiento de ascenso
y descenso de savias de las plantas anuales o de ciclos cortos, pero
también lo hace con menor o mayor intensidad, dependiendo de la
época del año, sobre todo el reino vegetal incluidos los árboles y plantas perennes.
Luna Descendente
Los días de luna descendente •, que abarcan aproximadamente 2
semanas cada mes están señalados en el Calendario con el sombreado grisáceo. En estos períodos (luna descendente) con sus cualidades
otoño-invernales, donde los jugos y fuerzas de las plantas están siendo impulsados al ámbito de las raíces u órganos subterráneos, con
mayor significación para aquellas especies de ciclos anuales, serán
los días más aptos para:
• Realizar trasplantes a raíz desnuda, ya que las plantas sufrirán menos el estrés y se recuperan más rápidamente.
• Aplicar los abonos, preparar canteros, sembrar abonos verdes, enterrar esquejes.
• La cosecha de raíces, bulbos y tubérculos durante este periodo favorecerá su almacenamiento y conservación.
• Al efectuar podas en este periodo retiraremos menos sustancias
alimenticias y las plantas tenderán a “llorar” menos (exudación de
savias).
A todos nos ha pasado que en la primavera las hortalizas de hoja y
de raíz tienden a florecerse, y estas ansias son aún mayores durante
primaveras secas y luminosas (o en regiones con estas características
climáticas). Al realizar las siembras durante la luna descendente le
haremos llegar a nuestras semillas y plantas el impulso otoño-invernal lunar que contrarrestará en parte el impulso primaveral de florecer. ¡Y si no descuidamos los riegos, el correcto abonado, la adecuada
elección de las variedades tendremos muchas más posibilidades que
nuestras lechugas, repollos, acelgas, rúculas, achicorias, apios, hinojos, remolachas, rabanitos, zanahorias, nabos, etc. lleguen a nuestros
platos con todo el desarrollo deseado!
Luna Ascendente
En cambio los otros 14 días, los de luna ascendente • con sus cualidades primavero-estivales las fuerzas y sustancias de las plantas
sobre todo en las anuales están siendo impulsadas hacia la parte aérea, por lo tanto:
• Cosechando las flores durante este periodo las mantendremos
frescas por más tiempo.
• Realizando carpidas, cortes de malezas o pasto retrasaremos su
rebrote.
• Cosechando aromáticas, hortalizas de hojas, de tallos y frutos lograremos un mayor periodo de almacenamiento y conservación.
• Realizando los injertos durante este periodo ascendente lunar y al
inicio del movimiento de ascenso del sol (agosto-septiembre) favorecemos su unión con el porta-injerto.
• Será también el mejor momento para las podas desvigorizantes en
aquellas plantas que debemos disminuir un exceso de crecimiento
vegetativo.
La tierra también tiene el suyo!!!
Vimos como el ritmo anual del sol y el ritmo mensual de la luna influencian el crecimiento y desarrollo de los vegetales; y como el conocimiento de los mismos y sus efectos, nos permiten determinar
el momento más apropiado para realizar distintas tareas agrícolas.
Si ahora bajamos nuestra mirada a la tierra veremos con asombro la
existencia de un ritmo diario, eco de los dos anteriores.
Por la mañana temprano (7-9hs) el mundo vegetal se encuentra en
un estado similar al primaveral, la tierra exhala sus fuerzas. Su verdor, lozanía y turgencia delatan su íntima correspondencia. A medida
que nos acercamos al mediodía toda esta expansión de vida va deteniéndose en cierta manera, y entre las 12-15hs es el momento del día
que se corresponde al verano. A partir de la tarde volvemos a percibir
otro cambio cuando nos encontraremos frente al otoño del día las 19-
21hs, la tierra a iniciado su inhalación diaria, y un verdadero invierno
diario acontece entre las 24-3hs…
Este ritmo de la tierra donde las cualidades de las estaciones se ven
representadas nuevamente, pero en un solo día, hemos de utilizarlo
para nuestro provecho. Entonces, si queremos:
• Cosechar hortalizas de hojas, tallos, flores y frutos. Lo haremos en
la primavera diaria (a la mañana bien temprano) ya que conservarán mejor sus cualidades y por más tiempo. En cambio las hortalizas de raíz convendrá cosecharlas al atardecer, favoreciendo su
almacenamiento y calidad.
• Trasplantar plántulas es lógico pensar que el momento del día más
favorable será el atardecer (otoño diario), donde las plantas tendrán más flujo de fluidos hacia las raíces, y la pausa “invernal” de
medianoche, actuará como el sueño reparador para el ser humano.
• Cosechar aromáticas y plantas medicinales. Haciéndolo por la mañana, cuando ya se halla levantado el rocío y mejor aún si es en
luna ascendente nos aseguraremos “cosechar” la máxima concentración de sustancias y principios activos.
• Las flores cortadas por la mañana bien temprano tendrán mayor
duración.
Otros Ritmos de la Luna
Las fases de la Luna: ritmo Sinódico
Este segundo ritmo de la Luna es el más conocido por todos nosotros,
dura 29,5 días y corresponde al periodo entre dos fases idénticas de
la Luna.
Manteniéndonos como observadores desde un punto de vista
geocéntrico (desde la posición terrestre) lo que vemos a lo largo de
este periodo es el crecer o decrecer de la cara de la Luna iluminada
por el sol. Este ritmo comienza con la “Luna Nueva” •, momento en
que se nos hace invisible a la vista, ya que está delante del sol, acompañándolo en su transitar por el cielo y la luminosidad de éste no nos
permite verla. Como luna se retrasa 51 minutos en su salida diaria por
el cielo respecto al sol, pasados dos o tres días veremos que está a la
derecha del sol y una media luna muy fina comienza aparecer. Según
pasan los días la Luna se va iluminando cada vez más, “creciendo”
por su lado izquierdo, mientras continúa alejándose por la derecha del
sol, hasta llegar a la fase de “Cuarto Creciente” donde la mitad de su
cara ya se encuentra iluminada.
Pasados unos 14 días aproximadamente desde la “Luna Nueva” •
vemos la “Luna Llena” •, momento en que se encuentra opuesta
al sol respecto a la tierra y tiene toda su cara iluminada. A partir de
aquí la Luna comienza a decrecer, o sea su cara iluminada (ahora lado
derecho) va disminuyendo hasta alcanzar la siguiente fase de Luna
nueva.
Dependiendo en qué fase de este ritmo está y si va decreciendo o
creciendo, sus fuerzas sobre el crecimiento vegetal pueden aumentar
o disminuir.
Realizando una asociación con los ritmos del sol y la luna anteriormente mencionados, la luna llena posee un carácter estival, la decreciente o menguante otoñal, la nueva invernal y la luna creciente
primaveral.
Luna Creciente: periodo desde la Luna Nueva a Luna Llena. Las fuerzas de crecimiento, reproducción y germinación de las plantas aumentan.
Como regla general la luna creciente es un tiempo óptimo para realizar siembras (ideal dos a tres días antes de luna llena). Resultando el
mejor momento para sembrar aquellas plantas que crecen en altura
y de las cuales consumimos sus frutos. Las siembras en este periodo
serán más rápidas y parejas, de esta forma lograremos plantas con
gran desarrollo vegetativo. Si bien este desarrollo será mayor hay que
tener en cuenta que las plantas pueden tener una menor resistencia
a las enfermedades fúngicas, ser más susceptibles al ataque de insectos particularmente en clima caliente-húmedo y suelos degradados. Si cortamos el pasto o realizamos podas días previos a la Luna
Llena los rebrotes tenderán a ser más rápidos.
Luna Menguante o Decreciente: Al tener un efecto otoño-invernal los procesos debajo de la tierra se ven favorecidos, por ello es el
momento más propicio para incorporar abonos al suelo, sembrar o
plantar raíces y tubérculos, tales como rabanitos, nabos, zanahorias,
remolachas, papas, topinambur, mandioca, batata, etc. Las lechugas,
acelgas, rúculas, radichetas, etc. de primavera es mejor sembrarlas
en luna decreciente o menguante y de ser posible también en descendente con el fin de disminuir el impulso a florecer.
Orbitar Lunar: Ritmo Anomalístico
Este tercer ritmo es el referido a la órbita descripta por la luna alrededor de la tierra y tiene una duración de 27,5 días. Y por ser esta una
órbita elíptica hay un momento que la Luna se halla más cercana a la
Tierra (Perigeo Pg) y otro más lejos (Apogeo Ag). Esta diferencia tiene su influencia sobre la naturaleza. Por ejemplo: durante el Perigeo
tenemos una predisposición al desarrollo de enfermedades fúngicas
en los cultivos, sobre todo si existen condiciones climáticas-meteorológicas que lo beneficien (humedad excesiva). Aumentando muy intensamente esta predisposición si el Perigeo además concuerda con
la Luna Llena. Saberlo con anticipación nos puede ayudar a tomar las
medidas preventivas correctas.
Nodos: Ritmo Draconitico
Este orbitar de la luna alrededor de la tierra tiene la particularidad de
estar en un plano inclinado de unos 5° 8´ respecto al plano de la eclíptica. Plano imaginario por donde se desplaza el sol. Esta inclinación
hace que la Luna cruce dos veces el plano de la eclíptica en el trascurso de unos 27,28 días, una vez cuando va desde abajo hacia arriba y al
volver a cruzarlo desde arriba hacia abajo. Al primero se lo denomina
Nodo Ascendente ☊ y al segundo Nodo Descendente F. En estos
puntos de cruce o nodos puede darse la posibilidad de que ocurran los
eclipses si en ese mismo momento concordara la Luna Llena o Nueva.
Al ser un fenómeno de interferencia entre dos astros celestes existe una perturbación que puede manifestarse en el desarrollo y crecimiento vegetal, y en el proceso de germinación, por ello horas antes y
después de la ocurrencia de los nodos es preferible no realizar tareas
importantes en los cultivos.
Ritmo Lunar Sideral
Existe en el cielo una franja por la que se desplazan la mayoría de
los cuerpos celestes (sol, luna, planetas), es una faja que de noche la
podemos observar y está compuesta por agrupaciones de estrellas o
constelaciones. Estas constelaciones pertenecen a lo que denominamos Zodíaco.
La Luna, durante su desplazamiento alrededor de la Tierra a lo largo
de 27,3 días se va colocando delante de todas estas constelaciones
del Zodíaco. Así pasa entre 2 y 3 días delante de cada una. La faja del
zodiaco está compuesta por doce constelaciones que tienen el mismo
nombre que los signos del horóscopo, de allí que a veces se relaciona
al Calendario Biodinámico con la Astrología, siendo que se basa en la
Astronomía.
Este otro ritmo es también importante, debido a los estímulos que
transmite la constelación delante de la cual está la Luna. Dentro de
las doce constelaciones distinguimos cuatro grupos con diferentes
influencias sobre nuestros cultivos: Fuego, Aire/Luz, Agua y Tierra.
Constelaciones de Fuego (Aries, Leo y Sagitario)
Las constelaciones de FUEGO favorecen la producción de frutos, granos y semillas. Por lo tanto, estos días serán buenos para los trabajos
del suelo, de siembra, desbrote, poda, cosecha o trasplante de todas
aquellas plantas de las cuales su parte comestible es el fruto. Conviene entonces para tomates, morrones, pimientos y ajíes, sandía,
melón, pepino, berenjena, zapallos, maíz, maní, zapallitos, porotos,
chauchas y arvejas, cereales, frutas finas, etc., para todos los árboles
frutales y la vid. También son días favorables para la producción de
semillas en general.
Constelaciones de Aire/Luz (Géminis, Libra y Acuario)
Las constelaciones de AIRE/LUZ influencian e incentivan los procesos florales, por ello durante estos días cuando trabajemos con nuestras hortalizas estaremos incentivando al aspecto floral de la planta.
Son días favorables para: los alcauciles, brócolis, coliflores y flores en
general (comestibles, medicinales y ornamentales).
Constelaciones de Agua (Cáncer, Escorpio y Piscis)
Las constelaciones de AGUA favorecen la producción de hojas y masa
vegetal. Estos días serán buenos entonces para sembrar o trabajar
con acelga, apio, cardos, repollos y coles de hojas en general, escarola,
espinaca, lechuga, perejil, hierbas aromáticas de hoja. Cultivos Forrajeros, abonos verdes, caña de azúcar, yerba mate, etc.
Constelaciones de Tierra (Tauro, Virgo y Capricornio)
Estas constelaciones de TIERRA favorecen las raíces, órganos subterráneos y las cortezas. Por lo tanto serán días aptos para sembrar o
trabajar: ajo, cebolla, chirivía, endibia, espárrago, nabo, todas las papas y batatas, raíz de luz, mandioca, topinambur, rabanito, rábanos,
nabos, remolacha, zanahoria, etc. También para árboles en general.
Durante estos días se favorece el enraizamiento de las plantas trasplantadas.
Sebastián J. Iriberri